Las cremas reductoras son aquellas que ayudan a drenar líquido y movilizar las grasas. Como consecuencia, la piel tiene una apariencia mucho más tersa y suave.
Si su aplicación es constante ayuda a eliminar líquidos y bloquear la formación de grasas. La disminución de la capa adiposa se logra con el efecto quemagrasa y calor de ingredientes como la cafeína y derivados que favorecen la circulación sanguínea y contribuyen a reducir volumen.
La celulitis es otra de las preocupaciones más frecuentes del aspecto corporal. Las cremas anticelulíticas se centran más en eliminar el efecto visual tan molesto de la piel reduciendo el tamaño y el número de depósitos de grasas.
Contrariamente, las cremas reductoras se encargan de eliminar los adipocitos que son células de grasa que se encargan de aumentar la grasa del cuerpo. Los componentes de las cremas reductoras impiden a estas células que fabriquen nuevo tejido adiposo.
Por tanto, las cremas reductoras ayudan a romper los llamados nódulos de grasa mientras que la crema anticelulítica se encarga del drenaje.
Ambos cosméticos se pueden combinar en muchas ocasiones para lograr un efecto completo que combine una mejora de la apariencia de la piel con una reducción del volumen.
