Rutina facial de invierno
Puede que las temperaturas todavía se mantengan estables y queden algunos días de sol. Sin embargo, debemos empezar a adaptar y crear nuestra rutina facial de invierno para que el frío no nos pille por sorpresa y afecte a nuestra piel.
El invierno se caracteriza por aire frio, días nublados y lluvia que suelen provocar sequedad, rojeces y una apariencia apagada de la piel. Si hacemos algunos cambios en la rutina facial lograremos que la transición de otoño a invierno sea más sencilla.
Por qué adaptar la rutina facial al invierno
Las necesidades de la piel cambian en cada época del año, especialmente en las más extremas como el verano y el invierno. Por eso, igual que hace unos meses os hablábamos de la importancia de preparar la piel para el sol ahora es el momento de hacer cambios de cara al invierno.
El principal objetivo de esta rutina es seguir atendiendo a las necesidades actuales mientras se intenta prevenir la aparición de cualquier problema en la piel como rojeces o sequedad.
Las temperaturas extremas aumentan el riesgo de piel deshidratada ya que las células reciben menos oxígeno y nutrientes. Todo esto tiene como consecuencia un aspecto más apagado.
Esta falta de oxígeno y nutrientes reducen la producción de sebo. Esta «grasa» o sebo que tanto suele molestar a las pieles grasas es en realidad una maravillosa protección frente a agresiones externas. Por si esto fuera poco, la circulación sanguínea se ralentiza ya que los vasos sanguíneos se estrechan a causa del frío.
Además, el rostro está expuesto a los cambios constantes de temperatura: frío en la calle y calefacción en cafeterías, oficinas y otros lugares cerrados.
Cómo adaptar la rutina facial de invierno
Si con la llegada de las temperaturas más frías queremos seguir manteniendo una piel sana y luminosa debemos hacer unos pequeños cambios para crear nuestra rutina facial de invierno.
Si eres seguidora de este blog, seguramente ya tendrás una una rutina de belleza básica: limpieza facial, tratamiento e hidratación. En ese caso, deberás hacer algunas modificaciones para aportarle a la piel ese extra de hidratación que protegerá la barrera cutánea para que pueda hacer frente a las agresiones del invierno. A continuación, detallamos uno a uno los pasos imprescindibles de la rutina facial de invierno.
Para empezar, no se debe dejar de lado la limpieza aunque pueda parecernos que la piel no está tan sucia como en verano. Desmaquillar la piel y limpiarla es básico, especialmente por la noche. Si esto no se hace bien de nada servirán los productos que apliquemos a continuación.
Esta es la época del año ideal para, si la piel lo permite, incorporar la doble limpieza. Como primer paso se usa un limpiador de base aceitosa que dejará la piel limpia e hidratada. Un ejemplo perfecto es el Aceite desmaquillante Exprés de Germaine de Capuccini o el Aceite Micelar Expert Cleanse Pro de Skeyndor.
Como segundo paso de la doble limpieza recomendamos un producto al agua que limpie sin resecar y sea respetuoso con la piel, es decir, una leche limpiadora acuosa. Un buen ejemplo es la Leche-espuma nutritiva Expert Cleans Pro de Skeyndor, perfecto para pieles normales y secas. La marca Eberlin también cuenta con un fluido perfecto ya que está pensado para restaurar el manto epicutáneo. Se trata del Fluido Sensitive Dermoprotector de Eberlin que puedes encontrar en nuestra tienda de cosmética online.
Por último, es el momento de tratar la piel y darle los nutrientes que necesita. Hay que tener en cuenta que durante la noche es cuando la piel regenera y empieza a trabajar, por lo tanto se reciben mejor todos estos nutrientes.
En la rutina de belleza nocturna de invierno trataremos los posibles estragos del sol en la piel como manchas, pérdida de firmeza o pequeñas arrugas. El producto de tratamiento más común es el sérum. Por eso, contamos con diferentes tipos: sérums antimanchas, reafirmantes o sérums de vitamina C que aportan luminosidad, unifican el tono de la piel, ayudan a prevenir la oxidación dérmica y tratan las arrugas.
La hidratación es el paso más necesario de la rutina facial de día. Recomendamos utilizar el producto adecuado para la necesidad de tu piel y su tipología o estado (bien sea crema o sérum hidratante). Los lípidos naturales de la piel se van reduciendo con el paso de los años. Estos son los principales responsables de mantener la barrera protectora de la piel. Por eso, hay que mantener este grado óptimo de hidratación y nutrición con el tratamiento adecuado, especialmente durante el invierno.
Para contrarrestar esta pérdida de lípidos y seguir protegiendo la piel, sin resecarla ni irritarla, recomendamos hidratarla al máximo durante el día con cremas con factor SPF.
Algunos de los productos que recomendamos para hidratar son los de la gama Hyalufeel de Montibello que incorpora ácido hialurónico de bajo peso molecular perfecto para llegar e hidratar hasta las capas más profundas de la piel. Germaine de Capuccini también cuenta con una línea específica concebida para proteger la piel, la línea Hydracure, que tiene diferentes texturas para los diferentes tipos de pieles o épocas del año. Ante cualquier duda, puedes consultarnos.
Como paso complementario, recomendamos el uso de mascarillas hidratantes y regeneradoras semanales para complementar la fase de limpieza o higiene facial y darle a la piel ese chute de hidratación extra que necesita.
Consejos extra para afrontar el invierno
A parte de instaurar una rutina facial de invierno también se pueden incorporar una serie de hábitos para intentar reducir los estragos del frío en nuestra piel. A continuación os hablamos de algunos de ellos.
Para empezar, el mejor consejo es mantener la temperatura constante de la casa u oficina. Aunque exista la tentación de subir la temperatura de la calefacción, lo ideal es mantener una temperatura “templada” de 22 grados para que la diferencia de temperatura entre exteriores e interiores no sea tan drástica.
Por otro lado, además de la hidratación externa de la que hemos hablado en cuanto a cosméticos, siempre recalcamos la hidratación interna de la piel. Por eso, aunque no tengas tanta sed como en verano, bebe mucho líquido para asegurarte de que estás hidratada.
Préstales especial atención a zonas como labios y manos. Estas zonas se ven especialmente expuestas al frío y el viento y suelen afectarse. Un buen bálsamo labial y crema de manos te ayudarán a sobrellevarlo mejor.
Aunque se preste especial atención a estas zonas no debemos descuidar las zonas no expuestas como las piernas, los brazos o el resto del cuerpo. Es recomendable continuar con la hidratación constante y la exfoliación ocasional.
En el rostro, además, se pueden usar brumas hidratantes para combatir la deshidratación durante el día, especialmente si tenemos piel seca.
Por último, además de seguir una rutina facial de invierno completa, recomendamos protegerse del frío con gorros, bufandas y guantes para reducir el impacto en la piel.