Cómo preparar la piel para el sol
En verano queremos lucir unas piernas hidratadas, un rostro con brillo propio y, en general, una piel con apariencia sana y con un buen tono.
En el momento que empieza el buen tiempo le devolvemos la atención al aspecto de la piel y la cuidamos más. No obstante, para lograr este buen aspecto debemos cuidar la piel durante todo el año.
La piel se debe exponer al sol con mucho cuidado, de forma controlada y protegida. Para lograr buenos resultados debemos preparar la piel antes de la exposición y, por supuesto, cuidarla durante y después para mantenerlos. Por eso, desde Cococrem hoy os contamos cómo preparar la piel para el sol y qué beneficios aporta.
Importancia de preparar la piel para el sol
La piel de nuestro cuerpo lleva unos meses sin estar expuesta a los rayos de sol. Por eso, no es recomendable exponerse a él de forma prolongada. En el caso de que se haga debemos tomar una serie de precauciones para preparar la piel para el sol y evitar quemaduras y otras consecuencias.
La piel es el órgano más grande del cuerpo y tiene funciones muy importantes como protegernos del calor o de las infecciones. Si esta barrera natural va perdiendo hidratación o elasticidad se hace más vulnerable. Además, los rayos solares son responsables del envejecimiento prematuro, la sequedad e incluso el cáncer de piel así como de reacciones dermatológicas como la dermatitis o la urticaria.
Cuando empezamos a plantearnos la idea de exponernos al sol puede que tengamos la piel afectada por los estragos del invierno como los cambios de temperatura, el viento, etc. En verano, además de la exposición solar también hay agentes como el agua salada o el cloro que pueden resecar la piel.
Para lograr un buen bronceado no solo es importante lo que se hace durante y tras la exposición solar sino también antes. Especialmente en zonas sensibles como el escote, las manos o los hombros donde es especialmente importante preparar la piel para el sol.
Preparar la piel para el sol nos ayuda a minimizar los daños que causa la exposición solar prolongada, lograr un resultado uniforme en todo el cuerpo y a no perder la hidratación y la protección de la barrera cutánea.
Pasos básicos para preparar la piel para el sol
- Mejorar hábitos:
Puede sonar a tópico pero todo empieza desde el interior. Por eso, los hábitos alimenticios y de estilo de vida son muy importantes para preparar la piel para el sol. La verdadera salud de la piel depende de las células y estas de nuestro organismo y todos sus procesos fisiológicos, que a su vez dependen de los hábitos. Entre estos hábitos se incluye:
- La alimentación: una alimentación basada en frutas y verduras es siempre la mejor opción ya que este tipo de alimentos son ricos en agua y otras sustancias como betacarotenos. Los betacarotenos son antioxidantes que ayudan a hacer frente a los radicales libres que la exposición al sol puede crear y potencian el bronceado. Lo mismo ocurre con otros como la vitamina C que es antioxidante y estimula la síntesis de colágeno. Además, la hidratación es especialmente relevante para que la piel pueda hacer frente a la exposición solar. Los expertos recomiendan entre 1,5 y 2 litros de agua al día.
- El ejercicio está especialmente relacionado con la regeneración celular. La principal razón es que la regeneración celular requiere de oxígeno en las células y la mejor forma de oxigenarlas es mediante el ejercicio. Por supuesto, el descanso correcto también es muy relevante.
Por otro lado, nos podemos ayudar de la nutricosmética para preparar la piel para el sol. Desde Cococrem no vemos la nutricosmética como sustituto a la protección externa u otros cuidados pero sí como un complemento. Existen productos con vitamina A o E que ayudan a la piel a recuperar la capacidad antioxidante y favorecen la producción de melanina. Por supuesto, siempre debemos leer las instrucciones de cada complemento y consultarlo con el médico.
- Exfoliación:
La exfoliación consiste en eliminar las células muertas de la superficie de la piel para dejar al descubierto la piel más “joven”. Este es un proceso natural que el cuerpo realiza cada 28 días. Es un paso esencial en cualquier rutina y especialmente relevante para preparar la piel para el sol ya que la fortalece, aporta elasticidad y le da un aspecto mucho más terso y joven.
Este proceso puede ser muy agresivo si no se hace con cuidado y podría producir el resultado contrario. Por eso, recomendamos hacerlo de forma cuidadosa y ocasional.
La exfoliación además de las células muertas elimina las toxinas, favorece la oxigenación dérmica y previene así el envejecimiento cutáneo. De esa manera, mejora el aspecto de la piel y por tanto del bronceado.
Par evitar irritaciones se debe espaciar en el tiempo y esperar un tiempo prudencial antes o después de la exposición solar directa o la depilación. Además, deberemos encontrar el producto que más se adecúe a cada tipo de piel o patología.
La exfoliación corporal se suele realizar con productos, esponjas especiales o con tratamientos estéticos. Lo más recomendable es hacerlo de abajo a arriba mediante un masaje en círculos insistiendo en zonas como las rodillas o los codos, que suelen ser más complicados. De ese modo, además, favorecerás la circulación sanguínea y linfática. La exfoliación facial se puede hacer con productos de exfoliación tanto químicos como físicos.
- Hidratación:
El siguiente paso en el proceso de preparar la piel para el sol es hidratarla en profundidad. Después de la exfoliación la piel absorbe todos los activos de los productos cosméticos mucho mejor. Por eso, es el momento ideal para aportarle ese extra de hidratación que la piel va a necesitar para enfrentarse a la exposición solar y lograr que las células tengan la suficiente elasticidad para no dañarse con los rayos UVA.
Es importante hidratar todo el cuerpo pero de nuevo deberemos dedicar especial cuidado a las zonas más sensibles o problemáticas como el escote, los pies, los codos o el contorno de ojos. Estas zonas, unas por más resecas y otras por más sensibles, pueden incluso necesitar productos específicos y son las primeras en donde aparecen signos de envejecimiento cutáneo.
Los cambios de temperatura y la exposición solar y la humedad hacen que la piel se deshidrate más rápido y haya más riesgo de efectos adversos como manchas solares. Para evitarlo, debemos hidratar la piel al menos 2 veces al día para que los agentes hidratantes (como por ejemplo el ácido hialurónico o las ceramidas) se ocupen de retener agua en la piel y los tejidos y favorezcan la elasticidad y la creación de colágeno.
Existe la falsa creencia de que las pieles grasas no se benefician de la hidratación. Una piel deshidratada pierde agua de forma excesiva y esto puede ocurrir en todo tipo de piel, manifestándose mediante la pérdida de luminosidad y suavidad.
Hay miles de opciones de hidratación disponibles: aceites corporales, lociones, body milk, tratamientos en centros estéticos de hidratación profunda, etc. Recomendamos usar productos hidratantes de fácil aplicación para que sea más fácil incorporar este paso a la rutina diaria incluso con altas temperaturas.
- Potenciado del bronceado:
Alrededor de un mes antes de la exposición solar se recomienda potenciar la melanina natural de la piel.
Para ello, existen los potenciadores o preparadores del bronceado cuya principal función es activar la melanina presente en nuestra piel. Además, este tipo de productos ayuda a la prevención del daño cutáneo estimulando las defensas naturales de la piel para evitar el estrés oxidativo.
Esta estimulación de la melanina logrará que la piel ya tenga un aspecto bronceado. El bronceado es una protección natural de la piel que evitará (en cierta medida y sin dejar de lado la protección solar) posibles futuras quemaduras, manchas, etc.
- Protección solar:
La protección solar es el paso más obvio e importante a la hora de preparar la piel para el sol. Para empezar, la recomendación principal es usar protector solar en el rostro todos los días durante todo el año. Tanto si se va a exponer al sol como si no, la radiación solar atraviesa tanto nubes como cristales e incide en la piel del rostro. Como siempre decimos, de nada sirve usar cremas antiedad si no se previene el daño usando protección solar.
El uso del protector solar ayuda a frenar el daño celular que causan en nuestra piel las radiaciones UVB y UVA, con antioxidantes que potencian las defensas de la piel. De ese modo, se reducirán las probabilidades de que se produzcan manchas o arrugas a causa de la pérdida de elasticidad de las células.
Existen diferentes tipos de protectores solares:
– Con agentes físicos: Impiden que la radiación llegue a la piel dispersándola antes. Este tipo de protección solar suele ser el más recomendado.
– Con agentes químicos: absorben la radiación antes de que afecte a la piel.
Sea cual sea el filtro de nuestra elección, se recomienda que el protector solar sea de amplio espectro para que proteja tanto de los rayos UVB, UVA como de otros tipos de radiación. La radiación UVB es la que provoca quemaduras mientras que la UVA es la responsable de las manchas y las arrugas. Los infrarrojos, por ejemplo, producen calor interno que avisa a la piel y los HEVI’s, más conocidos como la luz azul, producen envejecimiento cutáneo. También existen protectores para tal fin.
El protector solar debe aplicarse, según los expertos, unos 20 minutos antes de la exposición solar de manera generosa. Cada 2 horas hay que reaplicarse y, en caso de bañarse, después de cada baño aunque usemos productos resistentes al agua.
Para poder incorporar el protector solar facial a nuestra rutina es importante que encontremos uno que se adapte a nuestro tipo de piel y no nos resulte pesado. La textura es esencial y ya existen productos tanto oil free como en spray o stick. Atrás quedó la época en que cualquier protector solar dejaba restos blanquecinos en la piel. Encuentra los mejores protectores solares faciales y protectores corporales en nuestra tienda de cosmética online.
Conclusión
Preparar la piel para el sol es esencial tanto para lograr buenos resultados estéticos como para evitar o reducir posibles daños.
Todos estos consejos para preparar la piel se pueden combinar con el uso de otros productos como los autobronceadores que ayudan a tener un aspecto bronceado sin exponerse al sol.
Por otro lado, para prolongar el efecto del bronceado una vez terminada la época estival la piel necesita de ciertos cuidados y productos de los que hablaremos próximamente en el blog.